domingo, 6 de diciembre de 2009

TIEMPOS DE CAMBIO

Mis queridas lectoras y queridos lectores, mi ausencia de palabras se deben a que el tiempo de cambio llegó a mi vida. Por lo que cada día para mí es una labor de construcción de lo que es mi presente y será mi futuro.

Me estoy transformando y pronto verán a una nueva gabbeva.

Hasta pronto

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Te ves mejor calladita ¿Será cierto?


Seguramente algún machín invento está frase para no escuchar a la mujer o mujeres que estaban a su alrededor. Sin embargo esta frase es repetida tanto por hombres y mujeres, algunas ocasiones hasta para nosotras misma la aplicamos.
¿Será cierto que nos vemos mejor calladas? ¿No crees que no hemos callado durante mucho tiempo, y que tal silencio no nos ayudado?
Sin duda que hay silencios que son necesarios y hasta constructivos, pero nos es la reflexión que quiero compartir ahora contigo. Sino de ese silencio interno que hace que nos callemos, en el que nosotras mismas invalidamos nuestros pensamientos y sentimientos, lo cual no nos permite avanzar a un conocimiento más profundo de sí mismas.
Nos callamos ante lo que no nos gusta, lo que nos hace sentirnos molestas, tristes, insatisfechas, dolidas, etc. Para ello, nos hemos hecho expertas en generar un sin número de justificaciones y pretextos. Hemos aprendido que antes están los hijos, maridos, novios, amigos, jefe, compañeros, papa, mamá, trabajo, la casa, todos!!! menos nosotras. Esos silencios nos han desplazado de nuestro propio ser pasando a todos los lugares menos al primero.
A veces me pongo a pensar que si aprendiéramos a escucharnos descubriríamos muchas cosas de nosotras mismas, por ejemplo, lo que realmente queremos ser o hacer. Si, amiga, es un camino difícil en el que seguramente encontraremos asuntos dolorosos y complicados, el miedo nos asaltará como las dudas, pero si estamos comprometidas y somos responsables, el yo interior hablará libremente y podremos escucharlo sin miedo, afrontando con valentía, pasión y determinación. Entonces lograremos un dialogo interno, que en lugar de callar aprenderemos a escucharnos experimentando constantemente un encuentro con nosotras mismas.
Todo un reto, te animas???



martes, 18 de agosto de 2009

Lema de Mujeres Poderosas


Vive tu vida de tal manera que cuando tus pies toquen el suelo por la mañana, el diablo se estremezca y diga... " En la madree...!! Esta cabrona ya se levantó....!! "

domingo, 26 de julio de 2009

NOSOTRAS QUE NOS QUEREMOS TANTO


Cuando pienso en la relación con mis amigas, me da una sensación de alegría, me siento acompañada, comprendida, querida, identificada y escuchada entre otros sentimientos. A lo largo de mi vida he encontrado niñas, adolescentes y hoy en día mujeres que me han regalado su amistad. Hoy puedo decir, que la amistad que tengo con ellas es más madura, sólida, más adulta. A muchas de ellas las veo poco, pero de desde la distancia estoy segura que me acompañan y las acompaño en este camino llamado vida.
Cuando pienso en la amistad entre nosotras tengo la seguridad que nos hemos acompañado en los momentos más difíciles de nuestras vidas, como en los divorcios, cuando uno de los padres o hermanos se han ido, la angustia ante la enfermedad de un hijo, en el truene con el galán, en el proceso de envejecimiento de nuestros padres, las dificultades con los hijos adolescentes, o cuando andamos perdidas o insatisfechas en nuestras vidas, ahí estamos para consolarnos, para hacernos saber que valemos, que podemos salir adelante a pesar de la adversidad. Y claro, también somos unidas en nuestras alegrías, cuando se termina la maestría, se logro un ascenso o cambio de trabajo, en las bodas, el nacimiento de un hijo, cuando en nuestras vidas hay un amor, o cuando bajamos de peso, ahí estamos todas para celebrarlo.
Sin duda, nosotras mujeres hemos aprendido a ser solidarias, a valorarnos y sentirnos orgullosas por el logro de otras, a sentirnos alegres o tristes por nuestras amigas, su dolor nos duele, sus alegrías nos hacen felices. Entonces, si hemos aprendido todo esto, me pregunto ¿porqué también podemos ser tan brutalmente destructivas entre nosotras?
La envidia, si la maldita envidia que va de la mano con la inseguridad que nos hace ser tan perversas y duras con aquellas mujeres que no son de nuestra estima. Como aquellas con las que pasamos más tiempo en el trabajo, las de la familia política, las compañeras de trabajo de los maridos, las que están en el gimnasio, o simplemente las que nos encontramos en el supermercado o en centro comercial en un probador.
En el trabajo, escucho a mujeres hablando mal de otra(s), por que han conseguido algún ascenso, o por que se viste mejor, o tiene más belleza (a percepción de quienes las juzgan) o tiene una buena relación con los compañeros de trabajo, etc., es centro de murmuraciones, calumnias, sabotajes, groserías, es decir, deben pagar el precio por haber logrado algo más, por pequeño que sea, que las otras no tienen. Lo mismo pasa entre cuñadas, suegra – nuera, vecinas, etc., es decir, hay que atacar a toda aquella mujer que amenace nuestra seguridad.
Y claro, en la superficie establecemos una competencia absurda. Si “ella” se ve bien con un vestido rojo, otra corre a comprarse otro vestido rojo con el que se sienta se ve aún mejor, si “ella” trae un bolso nuevo y es de marca, decimos que es pirata y nos compramos un original aunque luego tengamos saturada la tarjeta de crédito. Pero lo que hace más daño de esta competencia estúpida es que todo aquello que criticamos, nos enoja o sentimos que nos agrede, son nuestras propias inseguridades generadas de una pobre autoestima.
¿No será más sencillo en vez de estar en esta lucha? aceptemos nuestra naturalidad y diversidad femenina. Seguramente habrá mujeres con las que nos identifiquemos más y otras que no nos simpaticen pero éstas últimas no son mejores ni peores que nosotras, solo diferentes.
¿Qué será tan difícil reconocer el talento de otra mujer? Reconocer que hay mujeres valiosas, luchadoras, trabajadoras, exitosas y en vez de ser obstáculos aprendamos a ser puentes de crecimiento entre nosotras y así seremos más fuertes y más plenas y no tendremos necesidad de competencias inútiles y desgastantes. ¿Será posible?

jueves, 18 de junio de 2009

Las Princesas de los cuentos




En una animada y cálida reunión de amigos, entre vino y pizza discutíamos sobre la influencia que hoy en día tienen las “princesas” de los cuentos en las niñas, si son realmente un juego o una manera en que se va concibiendo la realidad desde una edad pequeña. Han pasado ya varios días de esa reunión y yo seguía pensando en el asunto, y no por las pequeñas que se ven tan lindas con los trajes de fantasías, sus coronas brillantes (unas hasta con sus lucecitas) sobre sus cabecitas, que tal los pequeños zapatos de plástico simulando son de cristal, toda una fantasía. Y claro que las pequeñitas se sienten tan lindas, tan princesas.
¿Y no será, que nos hemos quedado con algo o mucho de princesas? Las princesas están esperando que su “príncipe azul” las rescate con quien serán eternamente felices. Las princesas siempre tienen una “hada” que les ayudará a resolver las dificultades y les otorgara valentía para que dizque las aliviane a enfrentar el sufrimiento que hay que pagar para ser feliz, finalmente en todo cuento siempre hay una madrastra o bruja que vencer.
Los vestidos de las princesas son tan vaporosos y que tal sus zapatillas que no les permiten avanzar pues se dañan y lo más importante, para que van querer avanzar si el príncipe las cargará. Las princesas siempre tienen alguien que las ayude o piense por ellas, así como las tazas o los platos a la Bella o los ratones a Cenicienta, los enanos a Blanca Nieves, pues la princesas están tan pendientes de la llegada de sus príncipes que no pueden ni pensar y si lo hacen es para revisar los nombres que le pondrán a sus hijos.
¿Qué pasaría, si? Las princesas o sea nosotras, nos quitáramos esos vestidos, las zapatillas delicadas y aprendiéramos avanzar sin tantos falsos adornos y sin miedo. Que la “Hada” saliera de nuestro interior para que nosotras mismas resolvamos nuestras complejidades y darnos valentía en los momentos difíciles, que esa “hada” interna nos abrazará cada vez que lo necesitemos. Que en vez de recurrir a las tazas, platos, ratones o enanos que nos ayuden, hiciéramos uso de nuestras habilidades y talentos. Dejemos de pensar y esperar que por ahí hay un “príncipe azul” que nos vendrá a rescatar y nos resolverá la vida, con él cual seremos felices por siempre Y la bruja o madrasta a vencer que somos nosotras mismas que nos hace ser manipuladoras, envidiosas, chismosas, etc., la vayamos venciendo cada día. Aceptemos que la felicidad, nuestra felicidad se va construyendo y es responsabilidad de nosotras, y porque no, conservemos esa parte de Princesas, la que tiene sueños e ilusiones y que lucha para que se realicen. Cuando todo esto pase las “Princesas” nos convertiremos en verdaderas MUJERES.

miércoles, 3 de junio de 2009

Nuestros caminos




En los caminos por carretera que me toca conducir, me permite disfrutar de diferentes paisajes, los boscosos, los áridos, lo campos con todas las gamas de colores pasando por los verdes, rojos como amarillos. Estos paisajes van cambiando según la estación del año. Algunos me gustan más que otros, pero finalmente debo recorrerlos todos.
Y lo que se refiere a conducir, prefiero que los caminos sean rectos, pues resulta menos complicado y me permiten avanzar con mayor rapidez. Cuando me tocan las curvas, me da pereza, pues implica que debo poner más cuidado, las subidas demandan más esfuerzo, las bajadas hay que meter freno y si se aparece la neblina o es de noche requiere tener más precaución como pericia, me exige estar alerta y poner en marcha mis habilidades.
Reflexionando entre paisajes, caminos como maneras de conducir, creo que así es la vida. Hay momentos más fáciles y rápidos para avanzar como las rectas, aunque las rectas suelen ser un tanto aburridas y con poco crecimiento, en otras ocasiones son un relax. En cambio las curvas, las subidas y bajadas son momentos de nuestras vidas donde avanzar es más complicado y en algunas ocasiones hasta doloroso, especialmente en nuestras noches más oscuras o como en la neblina donde todo es confuso. Las dificultades que se nos presentan en nuestros caminos, nos exige sacar nuestras mejores habilidades, talentos, experiencias, pensamientos constructivos, todo lo mejor que hemos ido albergando dentro de nosotras, igual deberemos estar atentas y alertas a lo que vendrá, a observar y ser cuidadosas de los que nos rodea.
Nosotras somos las conductoras de nuestra propia vida, nuestros caminos están llenos de rectas, de curvas, de subidas y de bajadas, solo nosotras tenemos la decisión de enfrentar cada tramos que nos toca recorrer, con valentía, gozo, determinación, alegría y pasión, pues estamos equipadas para este viaje. Nos tenemos a nosotras mismas para que en esos momentos donde avanzar duele, nos abracemos, nos consintamos, nos apapachemos y nos queramos más, pues seguramente al salir de los caminos difíciles seremos mejores mujeres. Así que, disfrutemos de viaje que es la vida con todos los paisajes que tiene para nosotras. ¡Feliz Viaje!

lunes, 18 de mayo de 2009

¡Gulp! Abandonada

Subo al autobús me ubico en los primero asientos donde me gusta viajar, y al voltear me doy cuenta que mi acompañante es un chico agradable, simpático y hasta guapo .¡Uy Qué suerte viajar junto a este churro!
Como tengo muchos pendientes que revisar aprovecho el trayecto para leer la inmensidad de correos que recibo a diario, hago el respectivo ritual de sacar la lap, acomodar la mochila, encender la máquina, conectar el internet, bla, bla, bla.. Ya entrada y muy concentrada en los diversos asuntos a atender, mi guapo compañero de viaje, con una sonrisa encantadora me dice: “Para que estés más cómoda, te dejo solita”… ¡Quéeeee quien le digo a este man que quería estar cómoda y sobretodo solita!!! Se levanto y se fue, y no sólo se quedo vacío el asiento sino yo también me quede con una sensación de vacío.
Así nos llega el abandono de sorpresa, cuando andamos tan apuradas atendiendo asuntos y la cabeza anda en un lugar y el corazón en otro, ¿será que por eso nos duele tanto?, y si le agregamos los apegos, los afectos, el amor, la dependencia, nuestra historia personal, el abandono se convierte en un monstruo que nos aplasta.
Y como el abandono es un ingrediente ácido y agrio de la vida, que nos acompañara en nuestro caminar, el cual no podremos evitarlo, habremos de combinarlos con otros ingredientes para sacar provecho y aprendizaje de cada abandono. Tal vez así nos duela menos y digamos adiós con un profundo agradecimiento, deseos de suerte y un hasta pronto.